"Sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros"

2ª Pedro 3:15

Espíritu Farisaico

Usando únicamente la Biblia como fuente podemos decir que los fariseos eran una secta religiosa, el Apóstol Pablo la califica como la más rigurosa del momento (Hch. 26:5), tanto es así que el mismo Señor Jesús dice de ellos “En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos.” (Mt. 23:2).

El fariseo tiene como objetivo el cumplimiento de la ley. Esto les lleva a menospreciar y de alguna manera separarse de aquellos que consideran pecadores (Mr. 2:16, Lc. 30).

Este espíritu está lleno de hostilidad mortal. Este espíritu mató a Abel, crucificó a Jesús, apedreó a Esteban y trató de destruir a Pablo.

Por naturaleza, el espíritu Farisaico odia la Gracia y ama el legalismo.

El legalismo es otro espíritu que hay que echar fuera.

El espíritu Farisaico milita en contra de la verdadera adoración y relación con Dios. Caín se enojó cuando Dios aceptó la ofrenda de Abel y no aceptó la de él.

¿Cómo lidió Jesús con los legalistas?

Les llamó tal como son:

«Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla, porque es mentiroso, y padre de mentira». Juan 8:44

a. Les llamó hijos del diablo.
b. Les llamó sepulcros blanqueados.

¿Cómo opera este espíritu en la Iglesia?

  1. Ama la alabanza de los hombres.
  2. Está muy preocupado por posición y honra en la Iglesia.
  3. Insisten en gobernar sobre las personas con sus tradiciones y leyes.
  4. Los religiosos de las Iglesias, los “sumamente” espirituales que fingen tener una super espiritualidad, pero no se dejan corregir porque creen que lo saben todo.
  5. Es de los que no hacen ni dejan hacer.
  6. Tienen un espíritu de crítica terrible. Mateo 23:13
  7. Le interesa más cumplir con el tiempo que con el mover de Dios.
  8. No lleva fruto para Dios y vive de apariencias.
  9. Antepone sus creencias y tradiciones a la Palabra.

 

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